El arte de crear artículos textiles
decorativos con nudos, es originario de los pueblos árabes
del siglo XIII. Proviene del vocablo Migrameh.
Los
tejidos de nudo a mano, se realizaban con exceso
de cuerda, que luego se transformaba en flecos, que colgaban
de los velos, chales, toallas de baño, manteles y otros
artículos decorativos.
Como resultado del avance de los pueblos Moros en la península
Ibérica, el macramé se difundió en Europa
y se introdujo en Inglaterra a finales del siglo XVII. Los
navegantes de esa época jugaron un rol importante en
la difusión de este arte Árabe que alcanzó la
China y América. Los mismos marinos utilizaban su tiempo,
de largas travesías, tejiendo artículos de macramé,
que luego vendían o trocaban en sus puertos de destino.
Fabricaban correas, tapetes, cuerdas para campanas, hamacas,
etc.
El macramé alcanzó su
máxima popularidad en la era Victoriana, cuando apareció el
libro: Lazos de Macramé (Silvia's Book of Macrame
Lace), que proponía a sus lectores que fabricaran
accesorios decorativos para su ropa y adornos para la casa.
Hoy en día
se fabrican colgadores para plantas, adornos para muros, cubrecamas, manteles,
cojines, fundas, vestidos, bolsos, tapices y muchos otros objetos para decorar.